Me llamo Begoña Gallego Romero y El Milagro de una Flor nace como un acto de amor: a mi madre, que me enseñó a mirar las flores con ternura, y a esa parte de mí que necesitaba volver a lo esencial.

Durante años llevé otra vida, pero algo me decía que aún no estaba donde debía. Así que lo dejé todo para estudiar diseño floral, rodearme de naturaleza y empezar de nuevo. En mayo de 2024 abrí las puertas de este espacio, un pequeño taller donde las flores no solo decoran, sino que cuentan historias.

Aquí no hay catálogos. No hay encargos estándar. Aquí te escucho, te acompaño, y juntos damos forma a algo que te represente de verdad. Durante el proceso comparto ideas, fotos, texturas, para que cada creación sea un reflejo de ti.

Trabajo con flores frescas, preservadas y secas. Hago entregas a domicilio. Me encargo de eventos, pero sobre todo me encargo de que cada persona que entra en El Milagro de una Flor sienta que ha encontrado algo más que un ramo: ha encontrado un lugar donde lo pequeño se hace importante, y lo cotidiano, hermoso.

Porque para mí, cada flor tiene un propósito.
Y cada detalle, un significado.